José María del Rosario Ciríaco Paz Haedo nació en la ciudad de Córdoba el 9 de setiembre de 1791, estudió en la universidad Católica de su ciudad natal. En 1804, en el seminario de Loreto, cursó Filosofía finalizando en 1807, para comenzar Matemática y Leyes, cuando los sucesos de mayo de 1810 lo sorprenden transitando el segundo año de matemática y el tercero de Jurisprudencia.
Ingresó al ejército bajo las órdenes de Manuel Belgrano, por consejo y ofrecimiento de Juan Martín de Pueyrredón. Fue un brillante militar de carrera, un estratega insuperable, de firmes convicciones, de una honestidad a toda prueba, que creía profundamente en la disciplina y la instrucción de sus soldados.
De los 43 años de su larga carrera, 12 fueron dedicados a la guerra de la independencia, 17 a la lucha por la organización de nuestro país y durante 8 años soportó la prisión. Fue un escritor infatigable, siendo sus “Memorias”, lectura obligatoria para conocer de manera profunda maestra lucha por la independencia.
Creyó y guiso siempre la unidad nacional y se lo ha tildado de unitario con aire des calificativo sin otro argumento que el de haber sido enemigo de Rosas. Su unitarismo ha sido estar convencido de la unidad de mando y fue además liberal por luchar en defensa de las libertades de todos los habitantes de nuestra Patria.
Además podemos decir que fue federal porque sostenía como principios la independencia de las provincias, bajo un gobierno central, republicano y democrático como lo querían Artigas, Ferré y Berón de Astrada.
Fue incomprendido en su tiempo, luchó contra la adversidad, el odio de sus enemigos y la envidia de quienes muchas veces dijeron ser sus amigos.
Fue un hombre de una integridad moral e intelectual poco frecuentes, profundamente humano y justo.
El Gral. José María Paz conoció el sinsabor del destierro, de la cárcel, de la traición, pero siempre tuvo un solo norte que era la grandeza de nuestra querida Nación.
Fue guerrero de muestra independencia, héroe de ta guerra contra el Brasil, protagonista de las guerras civiles contra Rosas, invicto jefe en todas sus batallas y lo apodaron “El Manco". Sarmiento lo colocaba entre Washington y Bolívar y Bartolomé Mitre dijo "llenó su deber como no lo llenó nadie en esta tierra"
Fallece el 22 de octubre de 1854, en la ciudad de Buenos Aires, sus restos descansan en la iglesia catedral de su ciudad natal.